Amados hermanos y amigos en Cristo: hoy hablaremos de ¿Qué es la Shema?
La Shema, es posiblemente el texto más importante de “La Tora”, o sea el Pentateuco o escrituras hebreas.
Se puede definir “La Shema” como la declaración de fe de la comunidad judía, como dice:
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te he mandado hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Det.6:4-9).
Todos los elementos fundamentales se encuentran en este texto al que se le ha llamado Shema. Entonces el término en su traducción del hebreo, significa “oír” o “escuchar”.
Esto inspira que Dios, es el Dios oído, no visto, como en el caso de Abraham que oyó a Dios, creyó y le obedeció.
Lo mismo ocurrió con Noé y se puso a construir el arca. Con Moisés, fue igual quién sencillamente oyó y regresó a Egipto. Y así de todos los profetas como Elías, Isaías, Jeremías, Daniel, etc.
Ya en el tiempo de Jesús, “La Shema” fue escrita en pequeños rollitos, usada y utilizada como filacterias en la frente o en las manos.
Tal como se había escrito en la misma Shema, las palabras claves de Deuteronomio 6:4-6 que se recitaban tanto en la mañana como en las noches antes de acostarse.
A Jesús, cuando le hicieron la pregunta acerca de cuál era el mandamiento más grande, citó las palabras de la Shema y dijo: “Jesús les dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mt.22:37).
También en es el contexto de los diez mandamientos, el Shema habla del Dios, del cual no se pueden hacer imágenes, como dice:
“No tendrás dioses ajeos delante de mí. No te harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosas que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobres los hijos” (Deut.5:7-9a).
Esto fue para evitar la tentación siempre presente de la idolatría.
Así que a Dios se conoce no por imágenes de talla, sino por el oír de la palabra de Dios.
Por tal motivo, hay que predicarla y hacerla oír, porque “Así que la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Ro.10:17).
El escuchar la poderosa palabra de dios, cambia y transforma la mente y el corazón de las personas y por tal motivo de esa manera se hacen nuevas las personas.
Se puede expresar que la Shema de los judíos, era la declaración de fe del antiguo Israel, que permanece hoy en la fe y en la vida religiosa judía.
Amar a Dios, significa una entrega total y una obediencia sin preguntar nada, pues la Shema fue la piedra fundamental para la fe y la vida israelita.
Nuevo Testamento se puede aplicar la Shema como lo expresado por Pablo:
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Ef.2:8-9).
Y por supuesto la decisión por Cristo, cuando una persona entrega su vida se arrepiente aceptando a Cristo como Señor y salvador personal, donde la fe se desarrolla como don de Dios.
Hermanos, les motivo, que hagan uso de la Poderosa Palabra de Dios, para presentar a Jesucristo como Señor y Salvador personal.
Su pastor y amigo: Julio César Beltrán Patarroyo.
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