Dios en su infinita misericordia nos ha provisto la posibilidad de tener una comunicación permanente con Él.
Primero lo primero. Para construir una relación genuina con Dios, primero debes proceder al arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador.
Luego hay muchas referencias a orar de manera permanente.
«También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,» Lucas 18:1
«Orad sin cesar.» 1 Tesalonicenses 5:17
Dios se glorifica en que le hagas oraciones para agradecimiento y para peticiones especiales.
«si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.» 2 Crónicas 7:14
«Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.» Salmos 55:17
«Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.» Salmos 5:2
Y al final del día. Orar, te trae paz. Una paz descrita como » La paz que sobrepasa todo entendimiento:
«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.» Filipenses 4:6-7
Dios siempre te escucha. Con los seres humanos, a veces hablamos, y no nos escuchan. Pero Dios siempre te escucha.
«Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;» Jeremías 29:12