Conoce a El CREADOR del Universo

Amados hermanos y amigos en Cristo: hoy hablaremos de Conoce a El CREADOR del Universo

En las universidades se maneja el concepto de la Creación con diversas teorías.

Especialmente el materialista de la evolución que pretenden descartar la directa acción de Dios como Creador del Universo.

Es cierto que esas teorías son muy atractivas, pero al estudiarlas, pareciera que los entendidos de la materia usaran mucho las palabras que siempre emplean en forma de especulación. Ejemplo de esto “posiblemente hace millones de años” “Probablemente sucedió” “tal vez” “se cree”. En fin,  otras tantas palabras donde se destaca tener cierta confianza en las probabilidades.

Son hipótesis de la evolución que hace la descripción de la tierra, atribuyendo la formación de ella a una explosión cósmica que se le ha denominado “Big Bang”. Esta teoría sostiene que hubo varias explosiones que generaron energía, que posteriormente creó bloques que constituyeron la vida. Manifiestan que esa vida evolucionó a lo largo de millones de años, produciendo formas de vida de la misma fuente original.

Ya en el campo espiritual, llegamos a considerar que la Creación la llevó a cabo Dios con su maravilloso poder y amor para darle felicidad no solamente a la naturaleza, sino al ser humano también.

Si se hace un análisis respecto al tiempo, no se puede descartar que el ser humano hace miles de años que Dios lo creo y en todo ese tiempo no le ha pasado ningún tipo de evolución o proceso evolutivo como lo manifiestan los evolucionistas.

No se le ha aparecido una mano más, un dedo, más, no se le ha acortado ninguna cola de mono, pues nunca la ha tenido.

Su evolución si eso se quiere llamar ha sido la de usar un mejor vestido por los cambios de clima.

El adaptarse al medio ambiente, por la misma naturaleza, una mejor comida, en fin.

El idioma se ha tenido que aprender y quiere ser bilingüe y prácticamente nada más.

Conoce a El CREADOR del Universo:

En cambio, lo citado por Moisés en la revelación del génesis dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn.1:1).

Es muy agradable notar que el Espíritu Santo inicia la narrativa sobre la plenitud del poder de Dios. La primera frase de esta descripción, pone en la presencia de Aquél que es la fuente infinita de toda bendición verdadera.

Aquí no se encuentran argumentos sobre la existencia de Dios, sino que da la exclusividad de la existencia al Señor, debido al iniciar la Creación, con toda seguridad.

El salmista dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Sal.19:1). “Te alaben oh Jehová, todas tus obras te alaben” Y sigue diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso”

Cada una de las referencias se van expresando que Dios intervino e hizo lo necesario para que la Creación se mantuviera con las debidas leyes y normas, como: “Dios dijo: Sea la luz y fue la luz”

¡Tan sencillo! y al mismo tiempo ¡tan divino!

O sea “Él dijo y fue hecho: mandó y existió” (Sal.33:9).

Los materialistas, los evolucionistas, los incrédulos preguntarán: ¿cómo? ¿dónde? ¿cuándo?

La respuesta es: “Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve de lo que no se veía” (Heb.11:3).

Bien pueden algunos filósofos burlarse de los creyentes y acusarlos de ignorancia, de una credulidad ciega que conviene sólo a los tiempos semi bárbaros.  Y además que no puede ser digna de los hombres que viven en esta época de luces.

Conoce a El CREADOR del Universo

Pero es más creíble la creación de Dios. No así las hipótesis de la evolución expresada por los que acuden a la fe para defender sus argumentos.

El objetivo del Espíritu Santo no es darnos lecciones de geología o convertirnos en astrónomos.

No es su deseo instruirnos en los detalles de microscopio o telescopio, aunque al principio Dios le comparó a Abraham que le daría descendencia como las estrellas del cielo.

El objetivo del Espíritu es conducirnos hasta la presencia de Dios, a fin de que le adoremos con todo el corazón, bien enriquecido con las enseñanzas de la Palabra de Dios.

Hermanos, ayudemos a nuestros hijos y nietos a defenderse ante los ataques de los materialistas y evolucionistas que desprecian lo espiritual con la falsamente llamada ciencia (1a Ti.6:20-21).

Su pastor y amigo: Julio césar Beltrán Patarroyo

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