Hoy hablaremos de cómo ser UN LÍDER CONFIABLE
Ser líder confiable dentro de una congregación de creyentes cristianos, es lo mejor que le puede ocurrir al cuerpo de Cristo que es la iglesia del Señor.
El liderazgo consagrado promueve la unidad y la dedicación a los propósitos de Dios, en todo el sentido de la palabra.
El mejor ejemplo que se percibe respecto al liderazgo confiable, es el que Moisés exigió a Rubén y Gad, cuando éstos no querían pasar a conquistar la tierra prometida y todo lo querían fácil sin ningún tipo de esfuerzo, como dice:
“Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dese esta tierra as tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán. Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis aquí? ¿Y por qué desanimáis de los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado Jehová?… Subieron hasta el torrente de Escol, y después que vieron la tierra, desalentaron a los hijos de Israel para que no subiesen a la tierra que Jehová les había dado. Y la ira de Jehová se encendió entonces” (números 32:5-10a).
La división de la que habla Pablo a los Corintios es lo que produce líderes no confiables como en este caso con los cuales luchó Moisés.
En la iglesia actual ocurre lo mismo, pues hay líderes que demuestran ser no confiables como en el caso de Rubén y Gad. Estos líderes debieran obedecer a lo dispuesto por el Pastor, como lo hizo Josué con Moisés.
Sin embargo, existen líderes dispuestos siempre a cumplir la voluntad de Dios. También a obedecer al líder que Dios ha colocado en la congregación, como lo hizo con Josué:
“Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti: solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés” (Jos.1:16-17).
Aquí el pueblo decidió obedecer a Josué, Dijeron: Haremos todas las cosas que nos has mandado. Esto enseña que el líder, que Dios colocó en la iglesia, debe ser obedecido y apoyado. Se comprometieron a ir a donde quiera que se les asignara para cumplir lo mandado por el Señor.
Los líderes que se tornan voluntariosos para hacer lo que les parece, tendrán serios problemas. Esto sucedió con los que rechazaron ir a la tierra prometida como se les había asignado, pues Dios se puso contrariado como dice:
“Y la ira de Jehová se encendió entonces”. Dios no está de acuerdo con los que dividen la iglesia, tornándose como personas intocables que dividen el rebaño. Cuando esos líderes se comportan como Rubén y Gad, Dios los rechazará. Y los desalojará de algún modo para defender su obra, como dice Pablo: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer” (1a Co.1:10).
Hermanos, el líder confiable, es a quien Dios escoge y obedece a Su Palabra, haciendo todo para la Honra y Gloria de Dios. Sirve a la iglesia como cuerpo de Cristo, sin promover divisiones de ninguna naturaleza.
Su pastor y amigo: Julio César Beltrán Patarroyo.
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