Dios no te entretiene. Dios cumple su palabra.
Estamos en un mundo en el que por los desafíos propios, han surgido motivadores. Y personas que basadas en el humanismo y la autoayuda prometen ilusiones.
No necesitas motivadores, no necesitas autoayuda, no necesitas programación neurolingüística para crear tu «propia realidad» como falsamente prometen.
La razón por la que esto no funciona y tantas personas siguen sumidas en el estrés, en la desesperación y el temor, por ejemplo al coronavirus, a los desafíos financieros, y en sus momento a los resultados de las elecciones, es porque el humanismo, la autoayuda apela a la fuerza del hombre, y nada más.
Y como médico sé que los seres humanos no somos fuertes. Somos el único ser de la creación que necesita ropa para protegerse del medio ambiente. Todos los demás seres vivos tiene su propia piel o protección sin necesitar de nada externo. No es esto asombroso? La «falsa grandeza del ser humano» hace que necesite ayuda con la ropa para sobrevivir.
En urgencias, atendiendo pacientes, vi que el ser humano no tiene tal «grandeza». En urgencias vi la «debilidad del ser humano»
Y bueno… entonces viene Dios a nuestro rescate.
«Porque de tal manera amo Dios al mundo que envió a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna» Juan 3:16
Así que el primer paso es proceder al arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador.
Sólo así puedes hacer parte de la familia de Dios.
Luego vienen las promesas de Dios en tu vida. Y no son motivaciones, no es entretenimiento. Son promesas que Dios si cumple. «Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?» Número 23:19
Y tal vez la promesa más impactante para mi es esta: «Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.» Josué 1:7
Si ando en obediencia a la voluntad de Dios, Dios me promete que todo lo que haga prosperará. Y ese es mi deseo para ti.