«Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;» Eclesiastés 12:1
Muchas veces pedimos, pedimos, pedimos, como niños pequeños. Y cuando Dios nos da lo que le hemos pedido. Y nos encontramos en una situación de bienestar y comodidad. La tendencia natural es a olvidarnos de los favores de Dios.
Para construir una relación genuina con Dios, no hablamos de religiosidad ni de ritos y tradiciones religiosas, sino una verdadera relación, debes primero proceder al arrepentimiento y depositar tu fe en Jesucristo como único y suficiente salvador. Esta es la única forma de tener una relación verdadera con Dios.
Luego construir una relación genuina basada en la comunicación.
Esta comunicación es basada en el amor y no en las circunstancias.
No es por las dificultades que atravesamos que nos conectamos con Dios y oramos noche y día. No es por lo bien que estamos que entonces nos alejamos de Dios para vivir a nuestra manera.
La verdadera relación con Dios se crea al estudiar la Biblia a diario y orar permanentemente.
«Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;» Juan 8:31
«Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.» Juan 15:14
Nada más enriquecedor, más constructivo, y milagroso, que construir una relación genuina con Dios.
Hay añoranzas del alma, que sólo se pueden suplir con una relación verdadera con nuestro Creador.
«Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, Y guardé tu ley.» Salmos 119:55.
Finalmente esto es lo que te espera al construir una relación con Dios:
«Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos» Proverbios 3:5-8