La vida es convulsionada. Y lo que hace interesante esta vida es que sea convulsionada.
Una vida pasiva en la que no sucede nada, termina desesperando. Se necesita cierto grado de acción.
El problema es que muchas veces los afanes de la vida nos desenfocan de lo prioritario, de lo primordial, de lo que realmente importa.
Muchos conocemos este pasaje:
«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» Mateo 6:33
El punto aquí es si estamos realmente poniendo como primera prioridad a Dios.
Nada destruye más tu vida que pongas algo o alguien por encima de Dios.
Incluso si ya procediste al arrepentimiento y aceptaste a Cristo como único y suficiente salvador, puedes poner a alguien o algo por encima de Dios.
Los afanes de la vida, el trabajo, incluso, para algunos el ministerio de servicio a Dios, tristemente se convierten en algo que ponen como prioridad por encima de su relación con Dios.
Por experiencia sé que esto puede hacer estragos en tu vida.
La biblia dice esta hermosa promesa:
«Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar» Isaías 55:6-7
Es más cómodo hacer las cosas en mis fuerzas. Es más cómodo evitar la conexión diaria temprano en la mañana con Dios. Es más cómodo disfrutar los placeres del mundo en lugar de buscar el gozo de Dios.
Sin embargo lo que realmente sirve para tener una vida de victoria, una vida exitosa, una vida abundante es buscar a Dios y construir una relación genuina con Dios.