Hay dos opciones.
Puedes estar del lado de la fe. O del lado de la incredulidad.
La incredulidad niega la existencia de Dios. La incredulidad niega la gracia de Dios.
La incredulidad pone la razón y el conocimiento intelectual por encima de la relación interpersonal con Dios.
La incredulidad dice que Dios no quiere que prosperes. Que no quiere que seas feliz.
Que vivir por la eternidad no es un regalo de Dios sino es algo que tu conquistas al ser cada vez mejor por medio de tu propio crecimiento personal.
La fe dice que nada en mí puede llevarme a Dios y que sólo por medio de la fe en el sacrificio redentor de Cristo puedo llegar a Dios.
«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí». Juan 14:6
La fe dice: no son mis obras. No es lo «buen ser humano» que soy. Es el regalo inmerecido que Dios me dio llamado gracia, lo que me da la vida eterna.
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;» Efesios 2:8
La fe dice: Dios quiere que tenga una vida abundante: «El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». Juan 10:10
La fe dice: Dios si quiere que prospere en todo y que tenga salud: «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma». 3 Juan 1:2
La fe dice: Puedo recibir todo lo que pida conforme a la divina voluntad de Dios en mi vida:
«Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.» 1 Juan 5:14-15
«Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo». Juan 14:13
«y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. 23Y este es su mandamiento:
Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado». 1 Juan 3:22-23