NO PUEDES CORRER SIN ANTES CAERTE AL APRENDER A CAMINAR.
El crecimiento y avanzar en la vida requiere esfuerzo. Dedicación y en muchas ocaciones incomodidad.
A veces quisiéramos que la comodidad nunca se fuera. Sin embargo así no funcionan las cosas con Dios.
Para iniciar la vida de conexión genuina con Dios, primero debes proceder al arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador.
Luego viene un proceso de crecimiento y de mejora constante de la relación con Dios.
Y esto se aplica para todas las áreas de la vida.
«Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.» Hebreos 12:6
«Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.» Hebreos 12:11
La disciplina, salir de la zona de confort, la «lluvia» en la vida es necesaria para el crecimiento.
No puedes avanzar sin esfuerzo, sin dedicación y sin incomodidad.
Además la disciplina te da los nutrientes valiosos como el agua de la lluvia para crecer.
Entonces podemos decir que, la lluvia, la incomodidad, y tal vez el dolor temporal como sucede con los dolores en las rodillas cuando estás en período de crecimiento en la infancia, son en su mayoría no por algo malo, sino por tu bien para un crecimiento sano.
Cuando tu día no esté tan soleado como deseas. Cuando vengan los desafíos. Cuando las personas no hagan lo que quieres, y te pongan en problemas. Recuerda. La disciplina, la lluvia, es clave para tu crecimiento.
Aquí la clave es ver al otro lado de la tormenta.
Ver al otro lado de la disciplina que estás atravesando. Y si es posible que te proyectes al futuro. Eso se llama Fe. «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» Hebreos 11:1
Mi deseo es que la próxima vez que estás en medio de una tormenta.
Bien sea ahora o en el futuro. Dios te permita ver con los ojos de la fe y puedas apreciar el resultado maravilloso de esta lluvia en tu vida. Aprenderás a gozarte con la disciplina, a tener felicidad en medio de las pruebas, y tener gozo a pesar de los «dolores de crecimiento»