Amados hermanos y amigos en Cristo hoy hablaremos de el verdadero buen amigo
Hablar de amigos hoy en día, es un tanto difícil, debido a que las cosas han cambiado enormemente a tal grado que por lo general se desconfía de la toda gente. Esto debido a su forma de portarse o a la manera de comportarse los seres humanos.
Cuando era niño, entrando a la adolescencia, hicimos un pacto entre amigos con un joven que he considerado verdadero amigo.
Debido a que crecimos juntos y de igual manera nos desarrollamos. Sin embargo después de tantos años de habernos separado. Y cuando nos volvimos a encontrar, todo sucedió como cuando uno se encuentra con algún personaje. Y aunque se sorprende, y hay afecto, sin embargo, no va más allá de saludarse despedirse y no volverse a ver más.
De pronto por el tiempo que pasó, no nos vimos más y se perdió el contacto tan importante que ocurre en estos casos.
Hay una frase que se menciona siempre: “Los amigos verdaderos son trabajosos de encontrar, difíciles de abandonar e imposibles de olvidar”
Los buenos amigos no solo se encuentran en la iglesia. Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo siempre es un hermano
El verdadero buen amigo.
Al estudiar las Escrituras descubre las palabras que dicen:
“Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo” (Pro.27:17).
Lo que implica que el hierro se afila con el hierro y el hombre en el trato con el hombre, o sea se afina con el hombre.
Esto muestra que el verdadero amigo se sostiene y hace clara su lealtad en cualquier tiempo que sea, ya en la dificultad o ya en el problema.
De todas maneras, lo mejor es contar con los buenos y verdaderos amigos.
Para tener amigo, hay que ser amigo, pues se conocen bien y se aceptan como son.
Esa es la amistad que ayuda, que apoya, se solidariza, que acompaña en lugar de abandonar, lo aprueba en lugar de criticar y sigue hasta el final.
En otras palabras, como se dice “El amigo mete el hombro por su amigo”
Hermano miembro de la iglesia, te animo para que cuando tengas buenos amigos no los defraudes y ellos puedan contar contigo, lo mismo que tú cuentas con ellos.
Por tal razón Jesús dijo:
“Ya no os llamare siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Jn.15:15). O sea que Jesús sí nos volvió amigos para que compartamos la palabra que él recibió de su amado Padre Celestia y nos la delegó a nosotros.
Ese es el verdadero buen amigo.
Su pastor y amigo: Julio César Beltrán Patarroyo.
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