AFÁN, VELOCIDAD, ACORTAR EL TIEMPO.
Son palabras con las que convivimos a diario.
Tenemos una sociedad que quiere todo en microondas.
Amamos la velocidad.
Usamos medios de transporte ultrarápidos.
A mí me gusta la velocidad.
Quiero hacer las cosas bien y rápido. Y soy un convencido que la eficiencia en tiempo es clave.
Tal vez porque durante mucho tiempo fui médico de urgencias. Y siendo médico de urgencias tenía que actuar rápido. No había tiempo para dudar. NO. Lo que tenía que hacer era actuar y actuar ya!! Si no actuaba así, mi paciente se podía morir.
La pregunta que me hice un día fue: ¿Cuántas cosas en la vida son de «VIDA O MUERTE»?
Bueno…realmente sólo en una central de urgencias o cuando hay accidentes o temas relacionados con emergencias médicas, hay cosas realmente de «VIDA O MUERTE.»
Por fuera de emergencias médicas, las cosas pueden esperar.
Y de nuevo quiero ser claro. NO estoy en contra de la excelencia, de la eficiencia en tiempo.
Sin embargo muchas veces le damos a los logros, las acciones, y las metas, una connotación de inmediatez que no tienen.
Y ahí es donde nos confundimos y nuestra vida se convierte en caos.
Una cosa de vida o muerte literal que debes arreglar primero es tu relación con Dios. Es algo que no puedes ignorar. Esto es lo primero que debes hacer. Proceder al arrepentimiento, y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador. Si no lo has hacho. Este es el momento. Es verdad. No sabes en los próximos minutos de tu vida que va a pasar. Y si no tomas este paso y partes de este mundo, te espera la condenación eterna.
Para el resto, puedes esperar. La espera debe ser prudencial, según las necesidades de cada cosa, no esperes demasiado.
«Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.» Eclesiastés 3:1
«¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?» Eclesiastés 3:9
«Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.» Eclesiastés 3:10-11
Solución al afán de la vida.
El afán viene de la falsa creencia que debemos hacer todo en nuestras fuerzas y que las cosas pueden no salir a tiempo o no salir como esperamos.
Y hay una estadística que me impactó. El 90% de las preocupaciones son por cosas que nunca van a suceder.
Y es entendible, porque el mundo dice que el ser humano puede todo si se lo propone.
Y además se presta mucha atención a la velocidad para hacer las cosas y evitar al máximo las equivocaciones.
Sin embargo en el campo de Dios todo es diferente. La clave del éxito es descansar en Su voluntad, y andar en obediencia a lo que Él nos indica para nuestra vida.
Estos tres pasajes te muestran cómo vencer el afán de la vida.
«Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien» Josué 1:8
Aquí la clave es estudiar la Biblia, tener una relación genuina con Dios y ser obediente a Dios.
«Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo; Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará». Salmo 1:2-3
En este pasaje se reafirma la importancia de fomentar una relación verdadera con Dios a través del estudio de la Biblia.
«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» Filipenses 4:6-7