Buscando Respuestas

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Amados hermanos y amigos en Cristo:

Hoy, son millones de personas que buscan respuestas a todos los acontecimientos que están ocurriendo en la tierra.

Sin embargo no las hallan, debido a la confusión que existe por causa de las informaciones, unas buenas y otra malas que han desconcertado a la población mundial.

Y le hacen reclamos a Dios por lo que ocurre, como le sucedió al profeta Habacuc, cuando dijo:

“¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú roca, lo fundaste para castigar.

Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio;

¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él, y hace que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne? (Hab. 1:12-14).

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Después de semejantes preguntas, Habacuc cae en cuenta la respuesta de Dios, como dice:

“Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.

Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.

He aquí, que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por la fe vivirá” (Hab. 2:1-4).

Y el Señor le está diciendo a Habacuc, que no se preocupe, que el tiempo llega cuando sea necesario y que a la postre, “más el justo por la fe vivirá”

Qué maravillosa respuesta para los creyentes en Cristo, quienes tenemos afianzada nuestra esperanza en el Señor, que pronto vendrá, como dice:

“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin” (Mt.24:6).

Este pasaje es de gran importancia y aunque su interpretación no es difícil, el ser aplicada para este tiempo del Siglo XXI.

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No cabe duda que se presentan ciertas preguntas que son algo difíciles de resolver, debido a que la iglesia del Señor está aquí también en el planeta,

como ¿Por qué el coronavirus que se ha vuelto pandemia?

¿Por qué no se ha encontrado una solución para este mal?

¿Dios sabe o conoce de este problema que sacude al planeta?

¿Por qué tanta pobreza, tanta miseria, tanta muerte, tanto desorden, tanta falsa política?

En fin, son tantas las preguntas que afloran cada instante. Y cada día es como si fuera el mismo, con tanta proliferación de pecado y pareciera que no haya solución.

Así, que las personas tienen ciertos interrogantes importantes que desearan resolver, debido a la trascendencia de las preguntas de Habacuc. Pero estamos seguros de que Cristo nos dará la victoria.

No se puede desconocer que las Escrituras enseñan que el pecado sí entró al mundo muy sutilmente.

Como dice el apóstol Pablo: “Pero temoque como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2a Corintios 11:3).

Por tal motivo se ha reconocido que: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá, así como ladrón en la noche” (1a Tes.5:2).

Es necesario esperar la venida del Señor, reforzar la oración y nuestra dependencia en él.

Esperando en su misericordia que nos permita mantenernos firmes y fieles con la fe puesta en Cristo, como dice:

“si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado y oraren y buscaren mi rostro yo les oiré y sanare su tierra” (2a Cro.7:14).

Hermanos, no nos olvidemos que en las Sagradas Escrituras siempre hay promesas para el pueblo de Dios. El Señor dice: “Yo soy el alfa y la Omega, el primero y el último” (Ap.1:11).

Su pastor y amigo: Julio César Beltrán Patarroyo