EL CUIDADO DE DIOS.
Cuidar la salud de tus ojos es clave.
Claro como médico sé que todos los órganos y sistemas en el cuerpo humano son clave. Sin embargo la función de los ojos es clave para muchas actividades de la vida diaria.
Hay un término que es «la niña de los ojos» hace referencia inicialmente a la pupila. Pero con el paso de los tiempos. la palabra niña dejó de usarse para la pupila y ahora el término hace referencia lo más preciado, a la persona o cosa preferida por alguien.
Este pasaje lo expresa: «Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas,» Salmos 17:8
Qué bendición poder pedir que Dios nos cuide como lo más preciado para Él.
Para esto es clave construir una relación genuina con Dios. No es una religión. Ni son rituales religiosos. Es una relación que sólo se puede construir mediante Jesucristo. «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» Romanos 10:9 Entonces al construir una relación con Dios mediante el arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador, somos guiados por el Espíritu Santo: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios». Romanos 8:14
Siendo de la familia de Dios. Dios cuida de nosotros.
Por esto es que no importa el Coronavirus. No importa la recesión económica. No importan los desastres naturales. Con Dios tenemos cuidado permanente.
Estos pasajes son para ti si amas a Dios con todas tus fuerzas y con toda tu alma.
«El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya» Salmo 91:1-6
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados». Romanos 8-28