OBEDIENCIA POR AMOR? O POR OBLIGACIÓN?
Estas dos preguntas son clave para vivir una vida en VICTORIA o en DERROTA.
En Lucas 15:11-32 se nos cuenta una de las historias más reveladoras del amor de Dios y también más tristes del hijo mayor.
Tradicionalmente conocida como la parábola del hijo pródigo. Esta porción de la Biblia tiene mucho más que decir, que sólo describir lo que sucede con el hijo rebelde que se va de la casa por su propia voluntad.
Habla de un hijo, el hijo mayor que todo lo hacía por obligación, esperando recibir algo a cambio, por su «buen comportamiento».
Lucas 15:29 dice «Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.»
Y me hace pensar en tantas personas que a diario, saben mucho de teología, saben mucho de doctrina. Pero realmente no se observa el amor en ellos. Son bibliotecas ambulantes del conocimiento teológico. Son «perfectos» en su andar. Pero al momento de demostrar su amor por Dios, se quedan cortos. Porque han fundado su vida en un legalismo religioso.
Mateo 15: 1-20 describe tristemente esta condición.
Y en Mateo 15:7-9 dice: «Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.»
Tristemente hoy muchas personas siguen este mismo accionar. Están embriagados de su conocimiento teológico intelectual y no demuestran el amor a Dios, ni a su prójimo.
Y quiero ser claro, el estudio diario de la Biblia es clave. Crecer en la relación con Dios basada en el estudio de la Biblia y la oración permanentes, son fundamentales.
Sin embargo el amor a Dios y el corazón de nosotros hacia Dios no puede ser opacado por el crecimiento intelectual.
Primero es con fe aceptar a Cristo como único y suficiente salvador.