Hoy hablaremos de la forma de obtener el premio justo.
El idioma español tiene varios términos que son sinónimos para demostrar lo importante que son las acciones de la gente y especialmente las de los creyentes. Esto es cuando corren la vida cristiana cumpliendo a cabalidad el llamado que el Señor hizo al volverle nueva creatura.
Los sinónimos se refieren a los premios, las recompensas por los logros obtenidos. También las gratificaciones, la condecoración, el honor, el diploma en fin el reconocimiento.
Esto es debido al compromiso adquirido y haberlo cumplido.
En la vida espiritual, Pablo menciona dichos hechos con su justa recompensa cuando dice: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis” (1a Co. 9:24).
La vida cristiana tiene muchas facetas por cumplir.
Todas corresponden al mismo objetivo de dar testimonio, a tal grado que desafía a otros para imitar como se asemeja a Cristo.
El crecimiento espiritual, depende de la manera como cada uno de los creyentes en Cristo Jesús, avance en su preparación y dedicación, haciendo la obra del Señor.
Por tal razón Pablo dice que se corre en el estadio de la vida, y se afrontan grandes retos. El ejemplo cercano es la pandemia de la COVID19 que sacude al planeta y que, hasta ahora, no se ha podido controlar.
Como obtener el premio justo.
Por tal motivo el creyente en el Señor, debe mantenerse en la primera línea de compromiso.
Oración, lectura de la palabra de Dios, evangelizando a quienes pueda, en fin, dando gracias a Dios en todo.
Y también por supuesto compartiendo el evangelio del Señor, al primer contacto que se tenga la oportunidad y uno sólo se lleva el premio.
El premio ya definitivamente se lo llevó el Señor Jesús en la cruz del Calvario y ahora lo que resta de esa carrera, es depender en absoluto en el Espíritu Santo quién apoya a cada creyente para cumplir los pasos exigidos en la carrera cristiana.
El crecimiento espiritual depende en la medida que se mantenga siempre la completa confianza en el Espíritu Santo, quien intercede por nosotros con gemidos indecibles como dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Ro. 8:26), y de esta manera alcanzamos la corona incorruptible de victoria.
Aunque el Espíritu santo clama por nosotros, no debemos acostumbrarnos a la ley del menor esfuerzo o como se dice andar relajado, porque el Señor está ahí.
El creyente auténtico comprende que la vida cristiana es negarse así mismo y requiere lucha, trabajo, disciplina, dedicación y perseverancia.
Esto es porque Dios espera que logremos la victoria con nuestro testimonio. Con la radicalidad en la palabra y el compartir el evangelio con quienes nos asedien con su presencia.
De esa manera obtendremos el premio justo a nuestras acciones.
Hermanos en Cristo, los motivo para que no solamente comprendan y dependan del Espíritu Santo.
También que tu de igual manera alcanzarás la victoria y obtendrás el premio justo que te corresponde por tu andar pleno en el Señor Jesús.
Su pastor y amigo: Julio César Beltrán Patarroyo.
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