Esta es la historia de El LLAMAMIENTO DE JOSUÉ.
El llamamiento que Dios le hace a una persona para llevar a cabo su obra, es fundamentalmente importante. Esto debido a que tiene que ver con su propia vida y se demuestra a lo largo del vivir de esa persona, debido al testimonio que el Espíritu Santo le hace sentir y reflejar en todo lo que hace para la gloria y honra de Dios.
El mejor ejemplo de llamamiento para continuar la obra de Dios, es la expresada por Josué, cuando dice:
“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare a planta de vuestro pie” (Jos.1:1-3).
Este pasaje muestra que los líderes que sean siervos, sirven a otros de manera sacrificial para la gloria de Dios.
Esto lo expresa el evangelio:
“Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mt.20:26-28).
En el libro de Josué se refiere a la muerte de Moisés. Hace uso del término siervo que Moisés utilizó para sí mismo, pues habló con Jehová cara a cara. Y por supuesto se recordaba a Moisés con tristeza por haber desobedecido cuando se le ordenó tocar la roca y lo hizo con ira, golpeándola.
Deuteronomio finaliza con la muerte de Moisés, los treinta días de luto y luego el traspaso del liderazgo a Josué como se puede ver en Deuteronomio 34:1-12.
En el Llamamiento de JOSUÉ, la promesa que Dios le da a Josué fue:
“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo: no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a tus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y se muy valiente. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Jos.1:5-7a, 9).
Igual como en el Llamamiento de JOSUÉ, Los líderes a quienes Dios llama, tienen la valentía para sobreponerse a los problemas y mantenerse firmes frente a los dificultades y peligros.
También deben estar dispuestos a tomar decisiones a favor de lo que sea correcto, en favor de la obra del Señor.
La valentía de Josué fue fortalecida por la afirmación de Dios cuando le dijo: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida”
Dios le garantizó a Josué que saldría victorioso y exitoso continuamente frente a la tarea que parecía imposible de hacerse. Pero fue posible porque Dios estaba con él.
Dios dijo: “No te dejaré ni te desampararé” Lo más importante y vital en el ministerio al que Dios le ha llamado al líder, es que debe tener discernimiento en los momentos para tomar decisiones, que no sean a su amaño o por conveniencia de otros.
Esto marcará autenticidad en su llamamiento y Dios le retribuirá en el tiempo indicado, bendiciéndolo con creces.
Hermanos en Cristo, no hay duda que ustedes han sido llamados para un ministerio fructífero y el Espíritu Santo va delante de todos.
Su pastor y amigo: Julio César Beltrán Patarroyo
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