Mi mentor el pastor y doctor Frank Moreno , especialista en liderazgo de iglesia cristiana, tiene esta frase espectacular. Que te atropelle la dicha y te haga pedazos la felicidad.
Y ese es mi deseo para ti.
¿En medio de este mundo, es posible que la dicha nos atropelle y que la felicidad nos haga trizas?
La respuesta es SI.
Y este SI es condicional. Depende del enfoque que tengas.
El enfoque es la Cosmovisión.
Y hay dos cosmovisiones que son diametralmente opuestas.
Humanismo y Cristianismo.
En el humanismo «la grandeza del ser humano» le permite alcanzar un sentido de trascendencia.
Es el hombre con su fuerza y capacidad personal que logra todo incluyendo la felicidad.
Lo curioso es que fue el humanismo el que produjo la caída de los imperios Romano y Griego.
El humanismo parece iniciar bien, sin embargo al final se topan con la realidad de la incapacidad y la imperfección humanas.
Como médico sé que la grandeza del ser humano no es tan grande, a la luz de las enfermedades, por ejemplo.
El otro enfoque es el Cristiano.
Cristo es el único que pudo partir la historia de la humanidad en dos, de tal manera que el sistema de contar los años que pasan se denomina calendario y está descrito como Antes de Cristo y Después de Cristo.
Para que esta cosmovisión haga parte de tu vida, debes proceder al arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador. «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;» 1 Juan 1:12
Y es así que puedes acceder a una dicha sin límites. A un gozo que no es explicable.
Cómo entender cristianos que en medio de las dificultades más difíciles pueden ver la gloria de Dios en sus vidas.
Es por esto: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Filipenses 4:4-7
«Que te atropelle la dicha y te haga pedazos la felicidad».