Amados hermanos y amigos en Cristo: hoy hablaremos sobre En Quién depositar la Confianza.
Para este tiempo del siglo XXI, pareciera que el concepto de confianza se haya desaparecido de la faz de la tierra.
Antiguamente para los del siglo pasado, se le tenía un muy alto concepto a lo que ellos llamaban la “palabra vale”. Entonces los negocios se hacían en confianza, creyendo que los que se comprometían, cumplían a pesar de cualquier cosa que se les opusiera.
Cuando un amigo o alguien se quedaba con algo que le correspondiera a otra persona, se le denunciaba por abuso de confianza.
Hoy también podemos hablar de la confianza en el campo espiritual, pues es la esperanza firme que se tiene en una persona que se conoce por haber tomado su decisión por Cristo y se espera que haya tenido el nuevo nacimiento.
Esta confianza va creciendo en la medida que se va conociendo a las personas y ella se va enriqueciendo paulatinamente cuando descubre que en quien ha colocado su confianza es leal y le respalda para alcanzar diversos logros.
El salmista dice:
“Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza” (Sal.404a). Aquí no hay duda que Dios no le falla al ser humano. Por tal motivo esa confianza se traduce a tenerle fe a Dios como dice: “A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios” (Sal.78:7a).
Todos deben colocar su confianza en el Señor, ya que él ha dado respaldo a quienes invocan su nombre y actúa en favor de éstos. Por tal motivo el profeta dice: “Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza” (Is.30:15).
¿Entonces En Quién depositar la Confianza?
Pablo, cuando le escribía a los Efesios les explicó acerca de la confianza puesta en el Señor, así:
“conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (Ef.3:11-12).
La confianza y la esperanza se complementan. Éstas son dignas de mantener esa relación de seguridad. La Biblia dice: “pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta e fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza” (He.3:6).
Tener confianza y dar confianza es algo que provoca tranquilidad. Esto es tanto al que la da, como el que la recibe. Y esto tiene que ver con la lealtad que una persona mantiene para con sus hermanos en Cristo y forman parte de la familia de la fe y por supuesto con su Señor y Dios.
Desde la perspectiva de los creyentes, la confianza tiene un amplio campo. Se mantiene en el orden de la dependencia en el Señor. Y también el acople perfecto que se lleva adelante como miembros de la iglesia pues, somos cuerpo de Cristo.
El valor de la confianza es aquella acción que se manifiesta entre los creyentes en Cristo. Ya son el pueblo de Dios y no fallan, debido a su compromiso espiritual bajo la inspiración del Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo quien nos une para mantenernos en la gracia del Señor; “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Ef.4:3).
Y dice Juan: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye” (1a Jn.5:14).
¿Al final del día En Quién depositar la Confianza?
Hermanos, los animo a mantener su confianza primeramente con el Señor, quien se entregó por nosotros en la cruz del Calvario, y con los hermanos de la iglesia quienes tienen la misión de seguir compartiendo la Palabra, porque han tenido conversión.
Su pastor y amigo: Julio César Beltrán Patarroyo
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