Encomienda a DIOS tu Camino es clave para que logres el bienestar de tu alma.
Uno de los mayores enemigos de los hombres es el orgullo.
Es cuando pretendemos vivir una vida totalmente alejada de Dios.
Cuando ignoramos la soberanía de Dios en nuestras vidas somos orgullosos.
Y es en ese momento cuando nos metemos en problemas.
El orgullo trae conflicto, trae temores y un sin numero de dificultades en nuestra vida.
Así que el paso principal en cualquier cosa que hagamos en confiar en Dios.
Someternos a la voluntad de Dios en nuestras vidas es clave para lograr el éxito.
Algunas personas le temen al éxito. Otros posando de «súper espirituales» dicen que buscar el éxito es malo. Y otros buscan el éxito económico, la fama, y el prestigio como sea. Con una especie de obsesión por las cosas materiales.
Sin embargo, el verdadero éxito es andar y cumplir el propósito de Dios para nosotros.
Y el propósito general de Dios en nuestras vidas es que le demos gloria con lo que hacemos y que tengamos una relación genuina con él.
Para estar en el propósito general primero es aceptar a Cristo como único y suficiente salvador. «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo». Romanos 10:9. Y es que el único camino a Dios, la única forma de hacer parte de la familia de Dios es Cristo. «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí». Juan 14:6.
Luego para cumplir el propósito particular que Dios tiene para nuestras vidas, debemos andar en el centro de su voluntad. Debemos encomendar nuestro camino a Dios. «Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará». Salmos 37:5
«Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas». Proverbios 3:5-6
Y entonces sabemos que Dios obra a nuestro favor cuando andamos en el centro de su voluntad.
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados». Romanos 8:28.
Amar a Dios es obedecer su palabra.
«El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él». Juan 14:21
Toda la gloria a Dios.
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