CÓMO NO HABLAR DE DIOS, SI ÉL ES LA RAZÓN DE MI EXISTIR.
A los que amamos a Dios, esta es la razón de nuestro existir: «todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice». Isaías 43:7
Y hay algo poderoso en nuestras vidas. Y es que al proceder al arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador. Haces parte de la familia de Dios.
«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» Juan 1:12
Y esto hace que si nuestro corazón es sincero. Veamos que sin Dios no somos nada.
«Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer». Juan 15:5
Pero Dios no sólo se queda en darnos la vida eterna para nuestras almas.
Y así gozar de la presencia y la gloria De Dios por la eternidad. También nos colma de bendiciones mientras estamos viviendo en la tierra.
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados». Romanos 8:28
Así que no importa lo que nos suceda. Si de corazón amamos a Dios. Si de verdad tenemos fe en Él. Todo lo que nos suceda es para nuestro bien.
Y aclaro, no es que Dios sea una máquina automática de producir favores y bendiciones que esté a nuestra disposición. No.
Sino que Dios es el soberano del universo. Y en su infinito amor nos quiere dar lo mejor que tiene para los que le amamos.
«Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía». Salmos 24:1
«¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra». Salmos 73:25
«Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti». Salmos 16:2
Así que Dios es el que llena nuestra vida.
Mi deseo es que si no la tienes aún, puedas construir una relación genuina con Dios. En la que Dios sea la razón de tu existir. Y las relaciones que construyas con las demás personas sean una extensión del amor, del favor de las bendiciones y de la misericordia de Dios en tu vida.
Eso es lo que me pasa todos los días al despertar. Al ver la bendición de esposa, Luz Helena Urazán, que Dios me dio. Digo. Cómo no alabarte Señor, si tú eres la razón de mi existir y me colmas de favores y bendiciones.