MUCHAS VECES CREEMOS QUE NO ESTAMOS CAPACITADOS, QUE NO PODEMOS.
Y la verdad es que no es en tus fuerzas no es con tus capacidades. Y sé que esto suena un poco «perdedor» un poco extraño dado el énfasis que se le da al poder del ser humano en nuestro tiempo.
Esto es muy difícil de entender. Comprender que no es en mis fuerzas sino por fe, creyendo en el poder de Dios en mi vida. Esto no se puede entender fácilmente. «Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.» 1 Corintios 2:14
.
Esto era lo que sucedía con Israel, cuando tuvieron que enfrentar al gigante Goliat. Y el problema es que estaban atrapados en el humanismo y eso hacía que ellos estuvieran atemorizados.
Llegó David y sus hermanos creían que David había llegado a burlarse de ellos. Saúl el rey de Israel, creía que David no podría contra Goliat. Incluso le intentó poner su armadura (esto es el equivalente a «la grandeza del ser humano» que puede en sus fuerzas lograr la victoria).
.
Y la respuesta de David es asombrosa: «Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo» 1 Samuel 17:37
.
Luego David dijo: «Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos» 1 Samuel 17:45-47
.
Y bueno… el resto es historia. Una historia que hoy luego de miles de años, aún se cuenta entre creyentes e incrédulos.
.
La primera victoria que debes asegurar es la de la salvación de tu alma. Y de nuevo aquí no es en tus fuerzas, no es por lo bueno que eres. Sino por la fe en Cristo. Proceder al arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador: «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» Juan 1:12