Sigue adelante con fe. Aunque estés en el desierto Dios te proveerá lo necesario.
Los desiertos normalmente son vistos como aquellos lugares para evitar. Hace mucho calor, no crece casi nada de vida. No hay agua. En fin….
Y un «desierto» en la vida es algo parecido al lugar llamado desierto.
Sin embargo Dios provee en el desierto.
Si aún no haces parte de la familia de Dios, probablemente estés pasando por un desierto. Y esto no tiene que ver con dinero o fama. Puedes tener mucho dinero, mucha fama, relaciones con muchas personas. Pero si no tienes a Dios en tu corazón, siempre te hará falta algo. Por esto es que muchos multimillonarios, cuando se desploma la bolsa de valores, se suicidan. Muchos al perder una propiedad se enloquecen.
En cambio al proceder al arrepentimiento y aceptar a Cristo como único y suficiente salvador, pasa a ser parte de la familia de Dios y entonces Dios te provee.
Y claro, pasarás por desiertos al ser hijo de Dios. Sí. Los desiertos en tu vida aparecerán.
Sin embargo dos claves de estos desiertos.
1. Dios va a proveer para tus necesidades.
2. Los desiertos al ser hijo de Dios no son para tu destrucción sino para fortalecerte.
Cuando los Israelitas habían pasado el desierto y estaban a punto de entrar a la tierra prometida, Dios le dijo a Josué: «Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.» Josué 1:5
Dios se refería a que estuvo por 40 años con Moises y los Israelitas en el desierto. Y También estuvo sólo con Moisés 40 años antes en el desierto mientras lo capacitaba para liberar al pueblo de Israel de manos de Faraón.
Así que no importa si estás en un desierto.
Voltea los ojos a Dios, aprende lo que más puedas. Y disfruta de lo que Dios te proveerá. Al salir del desierto con toda seguridad estarás más fuerte y más sabio.