CUANDO ORAS POR ALGUIEN ESTÁS DEMOSTRANDO AMOR
La oración es una de las armas más poderosas que recibimos de Dios.
La primera oración que hacemos es reconociendo el amor y la fe en Cristo como único y suficiente salvador. Además reconociendo y procediendo al arrepentimiento por los pecados.
Esto es por parte del amor que sientes por Dios y que nació luego del amor que Dios tuvo por tí.
«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.» Juan 4:10
Luego la oración hace parte de tu vida. Y entonces comienzas la actividad diaria de orar por los demás.
Primero orar diciéndole a Dios cuanto lo amas. Cómo lo adoras. Cómo reconoces su supremacía en todo. «Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra» Mateo 6:9-10
Luego orar por las necesidades y en agradecimiento por las bendiciones para los demás.
«Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.» Santiago 5:16
«Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador» 1 Timoteo 2:1-3
Orar por los demás es un acto de amor. Es un acto de obediencia. Y las oraciones deben ser por todos, incluso si nos han hecho mal. Incluso si han declarado públicamente que no creen en Dios, que no creen en Cristo.
No importa lo que suceda. Mostramos el amor de Dios en nuestras vidas cuando usamos de manera sabia la bendición que tenemos: «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.» Hebreos 4:16 .