En el mundo entero hay protestas.
Algunas protestas son legítimas. Otras son irracionales. Unas son por los motivos equivocados.
Hay protestas tan absurdas como para exigir el «derecho» al aborto. Como médico se que el aborto electivo por tener un embarazo no deseado, por violaciones, o por sospecha, de malformaciones, es un asesinato. No hay otra forma de llamar a este procedimiento. Y las protestas son porque «la mujer tiene derecho sobre su cuerpo». El inconveniente con esto es que en el mismo momento de la fecundación ya se está formando un ser vivo, diferente a la mujer y no es parte del cuerpo de la mujer.
Hay personas que ganan dinero por protestar. Es decir los que organizan las protestas les pagan para salir a protestar.
En fin. Tu sabes lo que está pasando…
Ahora, el punto no es si las protestas son o no son por causas justas. El punto real es si hay que protestar.
¿Realmente es necesario protestar?
Y la respuesta pienso darla a la luz de la Biblia. Sé que es algo controversial. Y sé que incluso amigos míos no estarán de acuerdo. Bueno…procuraré ser lo más honesto al interpretar los pasajes que escriba aquí en el poco espacio que queda.
Primero debes salir de la ira de Dios. Esto es aceptando a Cristo como único y suficiente salvador y procediendo al arrepentimiento.
Muchas protestas son por venganza, buscando hacer justicia,
«Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.» Romanos 12:18-20
Son para protestar contra el gobierno, sin embargo:
“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;” Romanos 13:3
Algunas protestas son para intentar derribar gobiernos:
«Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.» Romanos 13:1-2
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.» Romanos 8:28