Todos tenemos conflictos. Y no podemos solucionarlos de manera adecuada, si no tenemos primero paz con Dios.
La biblia afirma:
«El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.» Juan 3:36
No sé, este texto cómo te toma, si ya has procedido al arrepentimiento y has aceptado a Cristo como único y suficiente salvador, o si aún no has tomado este paso. Lo cierto es que es el paso inicial, sin esto no hay nada. Para algunos esta verdad es su mayor bendición y para otros que se burlan y no creen, tristemente esto es la peor tragedia.
Luego puedes construir una vida de victoria sobre los conflictos.
Una de las claves para solucionar conflictos de manera adecuada se encuentra en este versículo maravilloso:
«La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.» Proverbios 15:1
Hablar asertivamente con amabilidad y amor, incluso en medio del conflicto, es una de las formas más efectivas para apagar el incendio que se ha podido producir.
Y es que esta es una recomendación clave: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.» Efesios 4:29
Pensemos primero en lo que vamos a hablar. Al pensar primero, podremos trasmitir el mensaje correcto. Además podremos escoger las palabras adecuadas.
Recuerda siempre «dar gracia a los oyentes» esto incluye pero no se limita a reconocer las bondades y virtudes de la persona con la que estás hablando. Usar vocabulario suave, misericordioso y evitar las censuras.
Creéme el punto no es si vas a tener conflictos, el punto es cuándo te va a pasar. Y cómo los vas a manejar.
Entonces la próxima vez que te encuentres en medio del conflicto, haz una oración ( a veces es necesario hacer una oración rápida, porque estás en medio del conflicto) pide sabiduría para responder de manera blanda, y eso incluye seleccionar las palabras correctas.
A veces no es el tono, sino las palabras que hieren. Muchas veces los detonantes son una todo de grito, airado y agresivo. Sin embargo también con palabras dichas con un todo calmado, podemos herir y hacer daño. Así que también ora para que tus palabras edifiquen y den gracia al que te escucha.