Nada como tener a Dios de nuestro lado.
Somos imperfectos, somos débiles no importa lo fuertes que seamos. Somos falibles.
Pero con Cristo somos más que vencedores. Todo inicia al aceptar a Cristo como único y suficiente salvador.
«Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.» Salmos 18:1
«Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador;» 2 Samuel 22:2
Entonces vienen los desafíos en la vida. Y todos tenemos desafíos.
Una de las más grandes mentiras que se han inventado es que si tienes una relación con Dios, nunca tendrás desafíos.
Dicen que si tu relación con Dios es verdadera no te puedes enfermar. Que necesariamente debes ser multimillonario si estás bien con Dios y eso no es verdad.
Cristo dijo: «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.» Juan 16:33
El salmista afirmaba: «Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.» Salmo 34:19
Así que el tema no es si habrá desafíos. El punto aquí es cómo los vamos a enfrentar. ¿Cómo tendremos victoria sobre la adversidad?
Muchos abogan por la grandeza del ser humano. técnicas de autoayuda. Poder ilimitado de la mente. Autosugestión. Y vemos vez tras vez, como todas estas técnicas humanistas no sirven y termina peor la situación.
Sin embargo hay un camino mejor.
Esta promesa la hizo Cristo: «El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.» Juan 10:10
La fuerza, la verdadera fuerza viene de Dios. Es Él, quien nos da el poder para vencer.
Muchos conocen la historia de David y Goliat. Incluso para los que no creen en Dios, esta historia es impactante.
Y en el climax de la historia. Cuando estaban frente a frente David y Goliat. Luego que Goliat en un arranque de demostración verbal de la «grandeza del ser humano» amenzaba a David. David le responde: «Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.» 1 Samuel 17:45-46
Y sucedió así. David venció a Goliat.
Ahora lo que me llama la atención es que David era el menor, el más débil, el único de su familia que no tenía experiencia en la guerra. Incluso el rey Saul, le prestó su armadura de batalla, pero le quedó grande y muy pesada a David. Qué incapacidad y debilidad humana más marcada la que tenía David.
Sin embargo el afirma: «mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel,»
Ahí estaba su fortaleza. La que lo llevó a ser el más grande rey en la historia de la nación de Israel.
Mi invitación es a que dejes de batallar en tus fuerzas con lo que estés batallando. No se que estás viviendo. Sólo se por que lo leí en la biblia y por experiencia que si eliminas tu orgullo y en humildad permites que Dios trabaje en tu vida y en tus desafíos, tendrás la victoria, tal como le pasó a David.
Levántate a conquistar todo lo que Dios tiene para ti en su soberana voluntad!!
DIOS TU ERES MI FORTALEZA!!