Estamos en un momento desafiante de la humanidad.
Muchas personas apelan a técnicas de autoayuda. Racionalización de la ansiedad.
Hay cursos completos de programación mental, de autosuperación que promueven vencer las dificultades a través de la razón.
Algunos incluso de manera ingenua a «negar» que hay desafíos, como si con el poder de la mente positiva se pudieran hacer desaparecer por arte de magia los desafíos que estamos viviendo.
Y dicen que debes decir constantemente que no hay problema. Y los problemas desaparecerán de tu vida.
Algunos dicen por ejemplo que evitando mencionar la palabra CORONAVIRUS, el coronavirus desaparecerá de tu vida y dejará de ser una amenaza.
Nada más alejado de la realidad. Los gobiernos del mundo que han intentado negar el impacto del CORONAVIRUS, son los que más muertes por millón han experimentado.
Y esta es la verdad. Podemos estar intranquilos. Podemos tener aflicciones. Podemos tener algo de temor. Claro que sí!! Es válido. Hasta el punto en el que no altere tu diario vivir.
El estrés hasta cierto punto es bueno. Pero hay un momento en el que ya no te sirve y por el contrario te hace daño. Y es entonces cuando debes analizar el enfoque que le estás dando.
Ahora, lo cierto es que la única fuente de esperanza y el único que sí puede garantizar paz y tranquilidad y reposo para nuestra alma, es Dios. Es el único.
Pablo afirmó: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.» Filipenses 4:4-7
Particularmente he experimentado esta paz De Dios que sobrepasa todo entendimiento. Como médico he tenido la oportunidad de compartir esta paz con algunos de mis pacientes. Y es impresionante como en las circunstancias de salud más difíciles, los que en humildad se han acercado a Dios, han podido experimentar esta paz.
Así que mi deseo para ti es que este salmo sea una realidad en tu vida: